La fotografía evoca muchos más recuerdos que la mera memoria óptica. Mientras se contempla una fotografía, aunque esta tenga varios años, pueden venir a la memoria un olor concreto, una temperatura, un color, un ambiente, etc. Adolf Zika, el autor del libro One Year Of My Life, que fue la inspiración para esta idea, a través de una investigación personal llegó a un resultado interesante: que el recuerdo ideal y más fuerte aparece cuando se miran nueve fotos sacadas una tras otra sistemática y creativamente en un día, en intervalos de tiempo que dependen de una situación concreta. Exagerándolo un poco, se trata de la manera más rápida y de mayor calidad de volver al pasado.
La base de este proyecto es
un intervalo de tiempo, concretamente una semana, en la vida de una persona que vive en un lugar cualquiera de nuestro planeta. Una semana que cuenta con siete días, cada uno de los cuales tiene para nosotros un significado diferente, un matiz de distinto color, otro sentido, otro olor y otra intensidad de energía. Este intervalo de tiempo es el más característico para el hombre desde el punto de vista de la diversidad de sus acciones y su comportamiento. Los actos humanos están ajustados a este intervalo voluntaria o inconscientemente, y por eso un reportaje visual es mucho más elocuente.
Cada participante se convierte en un „artículo“ original, en coautor inolvidable de un ciclo documental que ilustra el interminable mosaico de la originalidad humana, y de la enorme librería fotográfica de la humanidad del s. XXI.
Sin embargo, un factor importante es la creatividad personal y la capacidad de expresar el programa y el contenido de cada día en nueve fotografías, y sentir a través de ellas si se trató de un día feliz, alegre, triste, trágico o totalmente normal.
El autor de cada semana fotográfica, cuando la sube, puede añadir un texto de cierta extensión debajo de cada día. De esta manera podrá resaltar la importancia o la seriedad de la situación, o simplemente describir su vida diaria como un documental. Los textos debajo de las imágenes ofrecen una segunda dimensión y muchas veces pueden tener un carácter informativo y muy importante. Sería como si se enviara un mensaje a todo el mundo.
Historia del proyecto:
El autor de esta idea es el fotógrafo artístico, director y productor Adolf Zika, el cual ya ha realizado varios proyectos fotográficos importantes y documentales de largometraje. A pesar de que su carrera empezó al ganar un concurso documental de fotógrafos profesionales, más tarde, cuando ya era fotógrafo artístico, no le gustaba llevar consigo la cámara de fotos ni tampoco fotografiar a las personas ni la vida a su alrededor. La razón es sencilla – simplemente se avergonzaba, le avergonzaba incomodar al mundo que le rodeaba y sobre todo agitar continuamente la cámara de fotos delante de la cara de alguien. La raíz de esta idea se remonta al año 2006, cuando Adolf Zika recibió la cámara de fotos compacta D-Lux 3 de la sociedad Leica, y así se tejió su propia trampa. Al día siguiente, el 6 de noviembre de ese mismo año, Adolf Zika comenzó uno de los proyectos más difíciles de su carrera. Decidió no separarse de su cámara durante todo un año. La cámara de fotos compacta lo acompañó durante las 24 horas del día en todas las situaciones de la vida. Posteriormente colgó todo el proyecto en internet, en una dirección secreta, para observar las reacciones de sus amigos, familiares y conocidos. El resultado provocó una avalancha de interés por ambas partes y Adolf Zika se empezó a interesar por este tema desde un punto de vista psicológico-social. Después de casi tres años hablando con un viejo amigo suyo y excelente programador, el eslovaco Rado Korpa, se le ocurre una idea que juntos retocan y modelan a su gusto. De esta reunión, más tarde nace el proyecto Week of life. Después de haber trabajado durante varios meses en su desarrollo y de haber pasado muchas horas de conversaciones, debates y discusiones apasionadas, se encuentran con el tercero del grupo, un checo con pasaporte argentino que había tenido éxito en Alemania y hoy en día vive permanentemente en EEUU: Tomáš Löwy. Él fue el tercer participante y aquel que terminaría el logotipo unido del proyecto, que aspira a cambiar nuestra concepción del planeta y de nosotros mismos, los seres humanos. Recibimos una dosis realista de cómo vivimos, cómo somos y a dónde se dirigen nuestras vidas y nuestros pasos. Todo esto sin rodeos, sin adornos, sin la distorsión que ofrecen los medios de comunicación.
La filosofía de colaborar y de propagar así una idea:
El proyecto Week of Life consiste en una idea básica: la de contribuir a la creación de una biblioteca fotográfica mundial de la humanidad para que la mayor cantidad de usuarios y visitantes posibles se den cuenta de que si contribuyen ellos mismos fotografiando una sola semana de su vida, se convertirán así en una parte inseparable de este proyecto, es decir, contribuirán para siempre a la creación de un tesoro común que permanecerá aquí eternamente como legado para la siguiente generación. Si una persona hace esto y envía una semana de su vida, propagando así esta idea, puede ocurrir que otro individuo, en otro punto del planeta, pueda darse cuenta de algo que cambiará su punto de vista, manera de pensar, opiniones o toda su manera concebir la vida.
El proyecto WEEK OF LIFE no se propone robar a nadie su valioso tiempo libre o entrar en su privacidad de ninguna manera. Al contrario, incluso a través de internet, valoramos el derecho a la privacidad más que cualquier otra persona en la red. Cada uno puede poner el listón de la privacidad donde quiera y nosotros lo vamos a respetar. Porque aún eso muestra lo distinta que puede ser nuestra concepción de la vida y del mundo. De este modo, aún alguien que rechaza por completo la idea de dejar entrever su vida personal a otra persona puede contribuir con sus nueve fotografías diarias, pues la concepción de su serie de fotos no tiene por qué ilustrar cosas, gente o circunstancias concretas. Es decir, simplemente puede usar los colores y las sensaciones creadas por las fotos, la calidad plástica que la fotografía nos proporciona actualmente. Por otro lado, puede haber por ejemplo un individuo que vea en la representación fotográfica ruda y realista de su vida purificación, introspección, y conocimiento de sí mismo. Haciendo todo esto, es la única manera de contribuir al proyecto documental más grande de la humanidad.
One Year of My Life in 3285 Pictures by Adolf Zika:
You can order One Year of My Life in 3285 Pictures by Adolf Zika in Cooperation with Leica on the following address:
www.mf.cz
www.bookcafe.cz